lunes, 28 de enero de 2013

Uno más

Un tipo bien trajeado. Con un maletín. Va caminando por la calle,tiene una reunión a las 15:00. Son las 14:55.

Justo en la esquina del edificio al que se dirige, un señor vestido con andrajos está pidiendo limosna. No tiene trabajo, necesita el dinero para comer, tiene dos hijos. Un cartel con ortografía mejorable.

El señor de la esquina del edificio extiende su mano ante el tipo bien trajeado. Éste le dice que tiene prisa. Que no le puede dar ni un céntimo. Que se busque un trabajo de una vez. Que ya está bien.

El tipo vestido con andrajos vuelve a extender su mano ante una señora que pasa con su hijo. Recibe una moneda de dos euros. Sonríe a la señora y deposita la moneda en la caja de cartón que sirve de punto de apoyo al cartel dónde refleja su situación. Dirige su mirada a otro señor y extiende su mano.

El tipo bien trajeado ve que el portero del edificio abre la puerta a los visitantes y que éstos le dan una moneda a modo de propina. El tipo busca en sus bolsillos pero ni calderilla encuentra. Sólo tiene billetes.

En un acto reflejo, vuelve a la posición del pedigüeño y mete la mano en la humilde caja fuerte. El señor de la esquina no se percata. Vuelve a extender su mano. No se da cuenta que es él de nuevo. Otra negativa. El tipo bien trajeado tropieza y el botín robado cae al suelo. El pedigüeño le ayuda a recoger las monedas del suelo. El tipo le dice que tiene prisa, que se apresure.

El tipo bien trajeado se marcha con prisa, da una propina al portero del edificio y esboza una mueca mirando al pedigüeño. Éste sigue extendiendo la mano a los viandantes.

El dueño del kiosko situado enfrente del señor vestido con andrajos le pregunta:

- Oiga, ¿no ha visto usted que ese hombre le ha robado?
- Uno más.

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