miércoles, 17 de octubre de 2012

Breve kármico

El karma es una energía que se desprende de los actos de los individuos. Dependiendo de la naturaleza de esos actos, serán las reencarnaciones del individuo.

O eso creen budistas e hinduistas, entre otros.

Ya que me preguntáis, os diré que yo, por lo general - y según he comentado por aquí en alguna ocasión - no creo mucho. Soy partidario de esta frase de Woody Allen en Desmontando a Harry (1997) : "Si me dan a escoger entre dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire".

Pero - siempre un pero - tuve una experiencia el otro día que me hizo meditar. Salía de la ducha y cogí una toalla. Es una práctica habitual. Como un ritual. Es salir de la ducha y coger una toalla. Instantáneo. Da buen resultado. Entonces procedí al secado. Todo estándar. Sin sobresaltos ni incidencias reseñables. De pronto, un perro en la calle comenzó a ladrar con insistencia. Yo seguía a lo mío - la cabeza creo recordar -, cuando de pronto, oí un gimoteo muy leve. Un gimoteo con tendencia al lamento. Supuse que venía de la calle, como los ladridos. Pero yo vivo en un 4º. Y el gemido venía de algún lugar cercano a mí. No presté atención y continué con mi labor. Más ladridos. Y otro gemido. Esta vez más nítido. Sí, era yo.

Me desligo totalmente de la acción emprendida por mi subconsciente.

Posibles explicaciones ante el suceso:

1) Efectivamente, existen las reencarnaciones y fui un perro. Por eso mi otrora mente perruna respondía a un compañero en apuros.
2) Tengo mucho tiempo libre y soy muy tonto.

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