lunes, 8 de octubre de 2012

No acepto pulpo

El otro día revisé La parada de los monstruos - aunque me gusta más el título original: Freaks. Obra maestra incontestable de Tod Browning sobre la condición humana, la crueldad más abyecta y la dictadura de las apariencias. Todo ambientado en un circo. Magistral. No es una película fácil. Pero sí necesaria. Para los despistados, David Lynch firmó su mejor película- ex aequo con Una historia verdadera - con la misma temática. Hablo de El hombre elefante, claro. Pues resulta que revisé La parada de los monstruos y sucedió lo siguiente.
La parada de los monstruos. Tod Browning, 1932.

Nada más aparecer la impresión del THE END, procedí a bichear. Bichear es un verbo que, según creo no está aceptado por la RAE. No lo entiendo. Es un verbo muy funcional. Bicheé - investigué - sobre esta película. Críticas, opiniones, curiosidades. Es una práctica muy aconsejable. Se confirman teorías, se resuelven dudas. En una de las páginas que me ofrecía caballeroso el buscador, ví un ranking de películas de terror. A ver con qué me encontraba. Poca sorpresa: El resplandor, Psicosis, Alien, el octavo pasajero. Las habituales. Sin embargo, reparé en un título inquietante: El ciempiés humano. Leí la sinopsis a duras penas pero fui casi incapaz de ver siquiera el tráiler. No pondré aquí el argumento de esta película. Por respeto a la sensibilidad de los - dos, quizá tres, cuatro me parece una masa informe - lectores de este blog, o lo que sea. Sólo diré que el título es bastante explícito e indicativo. 

De vez en cuando reflexiono. Tampoco nada serio. A nivel amateur. En este caso, fue sobre el arte actual. La pregunta es: ¿todo vale en el arte? Es decir, que el populacho admire una obra - cualquiera - y tenga cierta repercusión, ¿la convierte en eso tan etéreo que conocemos como arte?

NO

En Malibú, vivirá algún tipo - con coleta, boina y perilla en forma de flecha hacia abajo - que residirá en una gran mansión, con 15 perros y una mujer recauchutada hasta el paroxismo cuya fortuna provenga de haber vendido un retrete plateado a algún museo dirigido por un demente. Y se llamará artista. Eso no es arte. Eso es mamarrachismo por una parte y estupidez supina por otra. Por cierto, es fácil reconocer a los artistas. Son aquellos que no se llaman a sí mismos artistas. Dalí y Picasso son la excepción que confirma la regla.

Obra de arte
La concepción actual del arte pasa por ser ininteligible. Cuanto menos se comprenda, más una obra de arte es. El hipsterismo ilustrado llegó, vio, se acomodó su flequillo imposible y se quedó. Lo que en un principio pasaba por ser un rechazo al convencionalismo en el arte ahora es un pastiche demencial. Un niño puede tropezar con varios cubos de pintura en un descuido del gotelero de turno que está en su casa y realizar una obra que "desafía las normas convencionales y crea un nuevo mundo de sensaciones". 

"No lo entiendes. Este concepto trasciende de la mundana realidad. Tienes que leer más Kierkegaard."
Lo clásico es aburrido. Lo extravagante es apasionante. Escandalizar y luego preguntar. Me gusta comer chinchetas, dijo el moderno.

¡WARNING! No deba extraerse de esta nimia reflexión que lo nuevo sea necesariamente malo. No sólo esto no es así, sino que es absolutamente necesario. Renovar, innovar, airear. Pero con límites. Los que marca el sentido común. No pido mucho. Sólo eso.

Llámalo reflexión, llámalo calentón. Tampoco...

2 comentarios:

  1. Algunas coincidencias reflejan la verdad. Una coincidencia: leyendo esta entrada, he pensado en un artista: Cy Twombly. Expone algunas obras en la Hamburger Bahnhof, el museo de arte contemporáneo de Berlín. Cuando paseaba por las salas y vi sus cuadros, me parecieron un fraude. Un engaño. Un truño.
    Lo he buscado en google para ilustrar con un ejemplo actual tu tesis.
    No lo vas a creer: Twombly es el autor de los garabatos y churretes rojos de la foto cuyo pie reza: "Obra de arte". Viendo el texto de este enlace vuelvo a decirlo: las coincidencias reflejan la verdad. He aquí una: http://blogarteinfantil.blogspot.com.es/2010/10/el-garabato-de-cy-twombly.html

    ResponderEliminar