sábado, 1 de diciembre de 2012

La vida de Pi o el breve regreso del cine de historias

Antes de comenzar a reflexionar sobre esta película, un aviso a navegantes:

No es un biopic del que fuera presidente de la Primera República española. Tampoco es una retrospectiva sobre la labor profesional de Filemón Pi. No.


Esta es una película sobre la necesidad urgente (pleonasmo) del hombre de creer. Más allá, es una película sobre la fe. Pero no subyace un fondo fundamentalista, ni mucho menos. Se habla de religiones, sí, pero no desde un punto de vista rígido y agrietado. Lo que yo creo sobre la fe está reflejado en este blog con anterioridad. Hablemos de la película.



En la promoción se menciona que los productores de Avatar han participado en la producción de la película. Este apunte ayuda a que las salas se llenen. Es una promesa de grandes efectos especiales, 3-D... Esto nos espera. Las carteleras se completarán progresivamente de videoclips de 100-120 minutos con frases. La muerte del cine, sin duda. Sin embargo, La vida de Pi se manifiesta como una pequeña gran esperanza para los románticos. Los efectos especiales son grandiosos. Pero no conforman el por qué de la historia. Son el cómo. De hecho, alguien tendría que ponerle un piso al encargado de la fotografía de esta película. Urgentemente además. Qué maestría. Sospecho profundamente que Monet estaría orgulloso de algunos planos de La vida de Pi.



Cuando me senté en la butaca del cine tenía mis dudas. Días atrás, me embelesó el tráiler. Nada más verlo, y exclamé: ¡Rudyard Kipling! Cuando se encendieron las luces de la sala, refuté que en parte, estaba en lo cierto. Es muy difícil no pensar en Mowgli al ver esta película. Por cierto, el protagonista debuta brillantemente como intérprete. Y de náufrago casi todo el metraje. También sale un tigre. Y muchos, muchos suricatos. O perros de las praderas. O Timón, el amigo de Pumba.


La vida de Pi es un buen ejemplo de cómo debería adaptarse elcine a los tiempos modernos. Primero la historia. Luego ver cómo se puede contar a través de los medios disponibles. Pero la historia primero. Un mal director puede hacer una gran película con un buen guión. Ni Wilder, ni Ford, ni Hitchcock se libraron de rodar bazofias basadas en guiones pésimos. El cine es un arte que se fundamenta en contar historias. Parece que la industria lo ha olvidado.



Presten especial atención a los últimos diez minutos de la película. Luego reflexionen. 





Vean esta película si son creyentes, vean esta película si no son creyentes pero les gustaría serlo, vean esta película si no son creyentes y ni ganas tienen de serlo. No la vean si esperan bailes al final tipo Bollywood. Esto no es Slumdog Millionaire.

Vean esta película si les gusta el cine, no las películas.

5 comentarios:

  1. pero al final se lo come el tigre o no?!

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=gBD3IdI1RmI

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  3. "Vean esta película si les gusta el cine, no las películas", grande Arthur. Y... por tu culpa, veré la película.

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  4. Hay un cierto resabio a religiosidad de pandereta en 'La Vida de Pi' cuando ya de por sí exuda espiritualidad por los cuatro costados. Por momentos me pareció apreciar fogonazos de Spinoza, ya sabéis, ese identificar a la naturaleza con Dios. Aún así, sus cuatro 'oscar' han resultado toda una sorpresa. No debería serlo: la factura de la película es impecable y las interpretaciones, incluida la del tigre, son formidables. Me esperaba algo más peñazo. Si te pasa lo mismo, dale una oportunidad, que igual te sorprende. Un saludo!!!

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    1. Me extraña que un manipulador de alimentos lea a Spinoza. Son más de Kant.

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