sábado, 29 de septiembre de 2012

Hemingway, Howard y Humphrey: tres hombres, una obra maestra del cine

 Ernest Hemingway escribió Tener y no tener en 1937. Fue su quinta novela. No quedó muy satisfecho con el resultado. Fiesta y Adiós a las armas eran sus predecesoras, entre otras. Nótese la calidad media. Quizá no fuera su mejor novela, pero cualquier escritor medio habría estado encantado de firmar con su nombre. Ganador del Nobel de Literatura por toda su obra y del Premio Pulitzer por El viejo y el mar, es uno de los grandes escritores de la literatura universal, alabado por otros referentes como William Faulkner. Es también una de las cabezas visibles de la famosa Generación Perdida, junto con otros maestros como John Dos Passos (Aventuras de un joven, El gran destino), Scott Fitzgerald ( El gran Gatsby, Suave es la noche) o John Steinbeck (Las uvas de la ira). Hemingway hizo el retrato perfecto de la realidad de su generación en su París era una fiesta.


 Howard Hawks estrenó Tener y no tener en 1944. Justo después del relativo fracaso de Air Force, un año antes. Era su segunda incursión en el cine negro, después de Scarface en el 32. Sentó las bases del género. Si el término polifacético puede asignarse a un nombre dentro del mundo cinematográfico, ese es Howard Hawks. No se entiende el western sin sus "Rios": Rio Rojo, Río Bravo, Río Lobo. Encontramos referentes de la screwball comedy en la particular visión de Blancanieves y los siete enanitos de Bola de fuego - guión de Brackett y Wilder, esto es, joya asegurada - y en la portentosa y prodigiosa diversión que proporciona la eterna La fiera de mi niña. Hawks es el culpable de que John Ford dijera que no sabía que John Wayne supiera actuar de verdad. Si el cine es arte es gracias en gran parte al trabajo y el talento de Howard W. Hawks.

 Humphrey Bogart protagonizó Tener y no tener, de Howard Hawks. Fue su primera colaboración con el director americano. Después del éxito de Casablanca en el 42, Bogart comenzó a coleccionar protagonistas en películas dirigidas por los directores más reputados de la época. Prototipo de antihéroe.
Humphrey Bogart no era un actor. Trascendía de todo aquello. Era una actitud, un carisma, una gabardina, un sombrero, un donaire innato e inimitable. Nadie, y cuando digo nadie es nadie, podrá jamás fumar como lo hacía Humphrey Bogart en una pantalla. No era guapo, no era alto, incluso no pronunciaba de forma correcta. Pero, ¿a quién le importa eso? Era Bogart.

Tener y no tener: origen.
Ernst Hemingway y Howard Hawks eran muy parecidos. Hombres duros, recios, aventureros, mujeriegos. Amigos. Ambos socarrones. En cierta ocasión, en una de sus habituales charlas - y bravuconadas habituales también -, y seguramente con un par de copas de bourbon en el cuerpo, Hawks aseguró al escritor que era capaz de hacer una buena película de su peor historia. Hemingway sacó las uñas, herido en su orgullo y preguntó al director cuál era a su juicio su peor historia. "Ese montón de basura llamado Tener y no tener, por supuesto", respondió Hawks. Hemingway recibió el golpe en silencio y respondió: "No se puede hacer nada con esa historia".

Tener y no tener es la historia de un marinero que se gana la vida llevando a pescar a la gente adinerada y que se ve envuelto en una trama que hace peligrar su vida.

Hawks cogió el punto de partida y lo transformó. Contó con William Faulkner - en el cine clásico, se podía ver a un Nobel de literatura haciendo guiones, hoy, una escritora de películas cutres destinadas a públicos pubescentes y suprahormonados, puede ser ministra de Cultura -  como guionista y empezaron a trabajar. Pronto dieron con el problema. Harry Morgan, el protagonista, era un hombre casado y con tres hijos en la novela. Era fundamental incluir el romance en la película. Retrotraerse hasta el inicio de aquella pareja. Además, contaban con Bogart. El mismísimo Rick Blaine. Sólo faltaba encontrar una partenaire acorde. Hawks tenía la actriz adecuada. Una joven de 18 años, inexperta y bonita. Y trajinable, pensaba el sátiro de Hawks. No seria la primera vez que flirteara - y algo más- con una de sus actrices-. El nombre de esta chica era Lauren Bacall.



El flechazo fuera de cámaras entre Bogart y Bacall se caracterizó por una pasión y una instantaneidad sólo comparable con la desazón que sufrió Hawks. Probablemente no exista ni existirá pareja con más sintonía y más entendimiento en una pantalla que la que formaban los protagonistas de Tener y no tener. Para la posteridad, la frase con la que el personaje de Bacall encandilaba definitivamente a Morgan y también a Bogart: "Si me necesitas... silba".
"¿Alguna vez te ha picado una abeja muerta?" 

Walter Brennan se encargaba de la nota cómica de la película. El eterno secundario. Ese vejete que siempre complementaba de forma brillante cualquier película. El actor con más Oscar (3) de Hollywood. Sus coletillas ayudan a relajar la tensión de la película.

Casablanca 2
La adaptación de Tener y no tener, transcurre en la isla de la Martinica - un lugar exótico -. Un hombre con un pasado incierto se gana la vida como puede. A su pesar, se ve obligado a colaborar con la Resistencia. ¿Les suena? Harry Morgan es una de las posibles identidades que Rick Blaine podría asumir después de despedirse de Renault en aquel aeropuerto brumoso.

Howar Hawks, Ernest Hemingway y Humphrey Bogart. La película estaba avocada al éxito. Pero no al éxito frágil y consumible del dinero, sino al que supone la eternidad. Sólo este tipo de películas lo merecen.

Ya que estoy aprovecho para reivindicar. Esta obra maestra del cine negro no se encuentra editada en España. Como tampoco lo está otra genialidad de Howard Hawks titulada El sueño eterno. Sólo son dos ejemplos de la deplorable cultura cinematográfica que las grandes firmas implantan en este país. Ya está. Sólo era eso. Guardo el altavoz para otra ocasión.

2 comentarios:

  1. Para Boyero, Walter Brennan es uno de los mejores actores de la historia del cine. Podríais equivocaros, faltaría más. Pero en este caso estáis en lo cierto.

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    1. Es el mejor secundario de la historia del cine. Con diferencia además.

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